tips comidas negocios

El objetivo de las comidas de negocios es llegar a tratos comerciales en un ambiente más cordial y tranquilo.

Sin embargo, son un arma de doble filo porque si no tienes cuidado con ciertos detalles, estos pueden perjudicar la relación comercial y tu prestigio profesional y personal. Al fin y al cabo, aunque representas a la empresa, los negocios se hacen entre personas con las que te sientes cómodo. 

¿Cuáles son los detalles que debes cuidar?

  1. La disponibilidad de la persona a la que quieres invitar
  2. La elección del restaurante
  3. La invitación
  4. La puntualidad
  5. La elección del plato y la bebida
  6. Las buenas formas en la mesa
  7. Los temas de conversación
  8. El pago de la factura

1. Disponibilidad de la otra persona

Pregunta a tu invitado qué disponibilidad tiene (día /hora). Es obvio pero hay mucha gente que hace la reserva directamente sin preguntar cuándo le viene bien quedar a comer a la otra persona. Esto puede causar malestar porque se puede sentir obligado a replanificar su agenda para hacer hueco para ir a almorzar contigo.

2. La elección del restaurante

Para elegir restaurante debes tener en cuenta los gustos de la otra persona.
Puede que sea vegetariano, que tenga alguna alergia alimentaria o que siga algún precepto religioso (musulmán, judío, etc.).

Una comida de negocios no es el momento para descubrir el restaurante más fashion de la ciudad porque estará lleno de gente y habrá bullicio, provocando que la comunicación entre vosotros sea más difícil.

Tampoco es buena idea ir a un restaurante que no conozcas porque no sabes cómo es realmente la calidad de la comida o el servicio. 

Haz la reserva unos días antes y reconfírmala el día de la comida, por si acaso.

 


¿Sabes que hay restaurantes que tienen listas negras de clientes?

Así es. Hay restaurantes que están muy solicitados con listas de espera para hacer una reserva.

Muchas personas bloquean día y hora y después no se presentan, haciendo que el restaurante pierda dinero por no poder utilizar esa mesa para otro cliente.

Suele ocurrir que siempre son los mismos los que hacen un no-show y terminan siendo conocidos en el gremio. Por eso, igual existen listas de morosos, también hay listas negras en los restaurantes.

Si nunca llamas a cancelar una reserva, es posible que llegue un momento en el que cada vez que llames a reservar, los restaurantes te respondan que no tienen disponibilidad. Ya sabes a qué es debido 😉


 

Se debe elegir un restaurante con ambiente tranquilo, en el que se pueda conversar en un tono de voz normal o bajo. El bullicio del local dificultaría la charla. Hablar a gritos haría que las personas de las mesas vecinas pudieran escuchar tu negociación. ¿Quieres que otras personas se enteren de los aspectos confidenciales que estás tratando?

Cuando hables con el restaurante, comenta que se trata de una comida de negocios y solicita que la mesa esté en una zona tranquila o la posibilidad de estar en un reservado.

Es importante que después de tomar el café, los camareros no te presionen para pagar y abandonar el local.

El restaurante debe estar localizado en un punto intermedio entre tus oficinas y las de la persona a la que deseas invitar a comer.

3. La invitación

Envía un mail con todos los datos de la reserva a la otra persona:

  • Día y hora del almuerzo
  • A qué nombre está hecha la reserva (¿el tuyo, el de la empresa?)
  • Nombre del restaurante, dirección completa y teléfono del mismo
  • Incluye un link de la página web del restaurante
  • Nunca está de más que adjuntes mapa o detalles como si hay aparcacoches o parking cercano.

Si te han invitado a ti, confirma siempre si asistirás o no. Cuanto antes lo hagas, mejor. Hacerte de rogar es una actitud que molesta a muchas personas y ende perjudica tu reputación. 

Si eres el anfitrión, llama a tu invitado el mismo día de la comida para reconfirmar que sigue en pie y que no le ha surgido ningún contratiempo. Es un buen momento para recordarle hora y lugar el encuentro.

4. La puntualidad

Procura llegar antes que tu invitado y esperarle en la barra para entrar juntos al comedor.

Si te surgió un contratiempo, llámale para avisarle del retraso.

El haberle dicho en la invitación a nombre de quién está hecha la reserva, le permite que, cuando llegue al restaurante, puedan acompañarle a la mesa e invitarle a tomar algo mientras te espera.

Cuando toméis asiento, deja que elija el lugar de la mesa dónde prefiere sentarse. Si le da igual, cédele el mejor asiento de la mesa.

5. La elección del plato y la bebida

Deja que sea el invitado quien pida primero. No lo hagas tú antes que él, parecerías ansioso o un muerto de hambre.

No te pases demasiado tiempo estudiando la carta para ver qué plato eliges. Podrías parecer indeciso. ¿Querría alguien cerrar un negocio con una persona insegura?

No pidas el plato y/o el vino más caro de la carta y menos aún si eres el invitado.

Si a la comida asisten más de 10 personas, lo más recomendable es pactar un menú de grupo y un precio cerrado con el restaurante en el momento de hacer la reserva. Así te aseguras que la comida será servida al mismo tiempo para todos. También puedes acordar que te envíen la factura a la empresa y no pagar in situ.

Comida

Antes dije que es mejor esperar a que el invitado pida primero como señal de cortesía. Otro de los motivos es que si pide un entrante o una sopa, tu deberías pedir algo parecido. De esta forma, los dos empezaréis a almorzar al mismo tiempo. Se evita que uno coma y el otro mire cómo lo hace.

Evita pedir platos que nos sepas comer con elegancia. Si no sabes comer espaguetis o pelar una gamba con cubiertos, no lo pidas.

Estás para centrarte en la conversación y llegar a un acuerdo. La comida no debe distraerte ni a ti ni al resto de los comensales.

Bebida

Si la otra persona no pide alcohol, evita pedirlo tú también.

Si por el contrario, pide beber vino o cerveza, no es obligatorio que tú también bebas si no es tu costumbre.

Se debe beber en pequeños sorbos y evitando hacer ruido.

Nunca hacerlo con la boca llena.

Si no deseas que te rellenen la copa, déjala a medias o coloca la mano sobre ella sin tocar el cristal cuando intenten echarte más vino.

6. Las buenas formas en la mesa

No te dejes caer en la silla. Siéntate erguido y con las manos siempre sobre la mesa. Tenerlas en el regazo es de muy mala educación en países como Alemania pues parece que te estás tocando tus partes íntimas.

No abandones la mesa para salir a fumar a la calle. Ser fumador ya no está bien visto. Intenta aguantar las ganas, sobre todo, si solo sois tu invitado y tú en la mesa.

El uso del móvil

Lo correcto es que ni siquiera lo saques del bolsillo.

El móvil es una fuente de distracción y si lo estás mirando constantemente, tu invitado puede sentir que no le prestas la debida atención.

Piénsalo. Has quedado a comer para cerrar un trato y conocer mejor a la otra persona, no para mirar los correos de la empresa o las notificaciones de tus redes sociales.

Si estás esperando una llamada importante o un mensaje, informa a los otros comensales. En cuanto la recibas, excúsate y vete a hablar a otro lugar del restaurante. A tu regreso deja el móvil en el bolsillo.

El ritmo de la comida

No debes empezar a comer hasta que todos los comensales hayan sido servidos.

Solo se debe esperar en el primer plato, en los siguientes no es necesario.

Excepción: si uno de ellos ha pedido un plato que lleva más tiempo prepararlo, puedes pedir al resto que vayan empezando a comer para que no se les enfríe su comida.

Intenta adaptar tu ritmo al de la otra persona. Si acabas antes que ella, puede sentirse presionada para comer más rápido y esto causa incomodidad.

La servilleta

La servilleta debe colocarse en el regazo.

Si estornudas, no debes utilizarla como si fuera un pañuelo.

Al acabar de comer, debes dejarla sobre la mesa sin doblar.

Los cubiertos

Los cubiertos se utilizan de fuera hacia a adentro. Es decir, se empieza con los que están más alegados del plato y se va avanzando hacia dentro según vas acabando los platos.

 

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  • Cuchara: para sopas, caldos y consomés, purés y cremas
  • Tenedor: verduras
  • Cuchillo y tenedor: carnes
  • Pala y tenedor de pescado: pescado
  • Los cubiertos del postre están situados entre el plato y las copas de vino.

Si se te cae un cubierto al suelo, recógelo y solicita al camarero que te traiga otro limpio.

Supongo que sabes que los cubiertos tienen su propio lenguaje. Según los vayas colocando en el plato, estarás indicando al camarero si puede recogerte el plato o no.

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El pan

Tu pieza de pan es la que está a la izquierda de tu plato.

No empieces con él antes de que te traigan el entrante o primer plato.

El pan se parte con la mano y nunca con el cuchillo.

Se corta solo el trozo vayas a comer y se lleva directamente a la boca.

No se debe separar la miga de la corteza.

Por supuesto, no es correcto mojar el pan en la salsa o rebañar el plato con él.

7. Los temas de conversación

El momento de iniciar la conversación sobre negocios varía según el país donde te encuentres.

En América Latina se espera al postre o al café. En Estados Unidos se habla de negocios desde el principio de la comida (Time is money). 

En España antiguamente se esperaba al café para empezar a hablar de negocios. Este es uno de los motivos por los que es importante reservar un restaurante en el que los camareros no te presionen para abonar la cuenta. Actualmente los almuerzos ya no duran horas, suelen ser una hora y media aprox. Por eso, puede se puede empezar a negociar en cualquier momento, sacando el tema de forma natural en el ritmo de la conversación. 

Lo mejor es empezar hablando de temas generales: del restaurante, de gastronomía, vinos, etc. Siempre evitando temas que puedan molestar a la otra persona como política o religión.

Puedes contar alguna anécdota personal. Eso mostrará tu lado humano y ayuda a crear cercanía.

A continuación puedes ir orientando la conversación poco a poco hacia el negocio. Hablar de la economía, del mercado, etc.

Si la otra persona va al grano desde el principio, déjalo continuar con el tema.

8. El pago de la factura

El que invita paga. Así de sencillo.

Si eres el invitado, no es correcto insistir una y otra vez en pagar tú la factura. Esto puede crear malestar y tensión innecesaria a tu anfitrión.

Puedes ofrecerte a hacerlo una vez y después decir algo como “la próxima vez pago yo”

Si van dos o más personas de la misma empresa, paga el que ostenta en mayor cargo jerárquico.

En cualquier caso, siempre es mejor pagar de una forma discreta, puedes acercarte al puesto de camareros para solicitar y pagar allí la cuenta. Y así evitas discusiones tontas sobre quién paga la comida.

Cuando te traigan la cuenta a la mesa, repásala. Si hubiera algún error, coméntaselo al camarero sin llamar la atención del resto de los clientes del restaurante. Los aspavientos, elevaciones de tono, palabras mal sonantes, etc te harán parecer arrogante y sentir incómodos al resto de personas que compartieron mesa contigo.

Otra posibilidad sería pagar la cuenta y, después de despedir a tu invitado, regresar al restaurante y hablar con el camarero para que rectifique el importe de la factura.